jueves, 14 de abril de 2011

EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98

NOVELA Y ENSAYO



La narrativa más innovadora de principios del siglo XX procede del modernismo, por parte de Valle-Inclán, y de los noventayochistas Baroja, Unamuno y Azorín.
Sin embargo, la novela que gozó de un público más amplio fue la novela realista y naturalista, heredera de la narrativa del siglo XIX. En esta línea se inscribe la obra de Blasco Ibáñez, quien alcanzó gran éxito con su novela naturalista de tono social.
El ensayo, especialmente el periodístico, fue muy cultivado por autores del Grupo del 98, como Unamuno y azorín. Con ellos, el género ensayístico alcanza un período brillante.


Miguel de Unamuno (1864-1936)
Unamuno fue una personalidad conocida y prestigiosa, un intelectual activo y polémico que vivió intensamente las preocupaciones de su tiempo y las propagó a través de su obra.
Toda su literatura refleja una fuerte personalidad y gira en torno a sus preocupaciones regeneracionistas o existenciales. Por ello, es una literatura en la que predominan las ideas, reflexiva o filosófica, cuyo objetivo es provocar la reflexión del lector mediante un estilo vehemente, ágil y muy expresivo.
Aunque se obra abarca todos los géneros, en su época fue conocido, sobre todo, por sus ensayos y artículos periodísticos.

Vida:
Nació en Bilbao, y en 1891 entró como profesor de griego en la Universidad de Salamanca, de la que posteriormente fue rector entre 1901 y 1924.
Durante la dictadura de Primo de Rivera fue desterrado a Fuerteventura, y desde allí huyó a Francia. Cuando regresó, tras la muerte del dictador, fue nombrado rector vitalicio de la Universidad salmantina y, durante la República, miembro de la Asamblea Constituyente y presidente del Consejo Nacional de Educación Pública. Paro su constante actitud crítica le llevó a adoptar posturas contradictorias en sus últimos años. La política republicana le decepcionó y, en 1936, acogió en su universidad a los mandos franquistas cuando se sublevaron. Pero en el mismo acto de acogida, Unamuno se enfrentó a los militares, y el altercado le costó un arresto domiciliario. En esa situación le llegó la muerte: en plena Guerra Civil, prisionero de los franquistas y repudiado por los republicanos.

Obra:
Unamuno cultivó todos los géneros: la poesía, el teatro, la novela y el ensayo. Pero, por encima de los géneros, sus escritos ofrecen una gran unidad, por la repetición de unos temas y por su estilo tan personal.
Los temas revelan su trayectoria vital: una primera etapa juvenil en la que dominan las preocupaciones regeneraciones, y la evolución hacia el tema existencial-religioso en su madurez. El estilo persigue la expresividad, por ello es de tono apasionado, vivo y directo, con numerosas exclamaciones, interrogaciones y paradojas.


Teatro y poesía:
  • Unamuno crea un teatro filosófico que recuerda la tragedia clásica. Plantea los temas existenciales que le obsesionan de forma directa, reduciendo al mínimo la trama y los personajes, en drama como Fedra, La esfinge, Soledades…
  • La lírica unamuniana trata dos grandes temas: su reacción ante el paisaje y sus preocupaciones existenciales (sobre todo las religiosas). Como en otros géneros, emplea un estilo intenso y al margen de las modas. De su amplia obra poética, destacan: Poesías, Rosario de sonetos líricos y Romances del destierro.
Novela:
La novela de Unamuno recoge exclusivamente los temas que le preocupan y elimina todo lo que no es esencial en el relato. Por ello, es una novela densa, filosófica, esquemática y profundamente apasionada; una nivela, según el autor.
La depuración de elementos produce hallazgos renovadores; por ejemplo, suprime las alusiones al paisaje y a las circunstancias que rodean a los personajes. Éstos, a su vez, manifiestan su conflicto existencial a través de extensos diálogos o incluso del monólogo interior en alguna obra, como en Niebla. Otras novelas interesantes son Paz en la guerra, Amore y pedagogía, La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir. 

Ensayo:
Unamuno es uno de los ensayistas más interesantes del momento. Se expresa siempre en un tono vehemente, pues presenta sus pensamientos como vivencias desgarradoras.
Predominan dos temas: la reflexión sobre España y las preocupaciones existenciales.
  • El tema de España aparece en sus libros de viajes [Por tierras de Portugal y España] y en ensayos de tono más reflexivo. En su primera etapa regeneracionista, Unamuno critica la realidad española, y apuesta por la europeización y el progreso [Entorno al casticismo]. Posteriormente, evoluciona hacia una postura espiritualista, abandona la fe en el progreso, considera la religiosidad como un valor del pueblo hispano y pasa a defender la españolización de Europa.
  • El tema existencial lo plantea en ensayos como Del sentimiento trágico de la vida; desarrolla el conflicto entre el “ansia de inmortalidad”, que apoya la religión, y la razón, que parece oponerse a ese deseo. Ante ese conflicto, propone mantener la pugna entre razón y fe, en una actitud agónica, en la línea de Kierkegaard, quien tanta influencia ejerció sobre él. El autor desarrolla este mismo tema en La agonía del cristianismo.

José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967)
Azorín se inicia en la literatura en la corriente regeneracionista, muy crítica con respecto a la realidad social y cultural. En su juventud, junto a Baroja y Maeztu, formó parte del grupo intelectual que fue decisivo para constituir la Generación del 98. Posteriormente, su evolución le lleva a crear una obra fundamentalmente esteticista y existencial.
Como escritor, se caracteriza por crear un estilo personal, sencillo, preciso y evocador, y por la importancia que adquieren en su obra el tema del tiempo y el peisaje.


Vida:
 José Martínez Ruiz como seudónimo Azorín, el apellido del protagonista de sus primeras novelas. Nació en Monóvar (Alicante), estudió derecho en Valencia y dedicó toda su vida al periodismo y a la literatura.
En su juventud mantuvo una actitud radical cercana al anarquismo; junto a Baroja y Maeztu, con los que formó el grupo de Los tres, firmó manifiestos muy radicales. Más tarde evolucionó hacia posturas conservadoras y tradicionalistas. Fue diputado del partido conservador y subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes. En 1924 fue nombrado académico de la lengua. Durante la Guerra Civil vivió en París. Cuando acabó la contienda, regresó a España.

Obra:
La obra de Azorí abarca el ensayo, la novela y el teatro, y toda ella gira en torno al tema del tiempo, su fluir constante, la fugacidad, a la vez, la permanencia de paisajes y sentimientos.
El escritor evoca la realidad fugitiva en tono triste y nostálgico, y realiza abundantes descripciones paisajísticas, fundamentalmente de Castilla. En ella refleja las correspondencias entre el paisaje y el estado anímico del escritor, en general melancólico. Ese rasgo, común a modernistas y noventayochistas, acentúa el lirismo de la descripción.
El estilo de Azorín es un modelo de precisión y claridad; con frases breves yuxtapuestas o unidas por puntos. El detallismo de las descripciones produce la impresión de lentitud. El léxico es muy rico e incorpora arcaísmos. La búsqueda de un estilo propio es una preocupación central de Azorín y, bajo su aparente sencillez, se descubre un estilo muy cuidado.

Teatro:
Azorín pretendió una renovación teatral antinaturalita. Escribió un teatro subjetivo y abierto al inconsciente, cercano al vanguardismo, con obras como Old Spain, Cornedia del arte y la trilogía Lo invisible.

Novela:
 En la novela de Azorín casi no existe argumento, y la narración se reduce a la descripción de sensaciones y de ambientes. Las descripciones son de estilo impresionista, es decir, se yuxtaponen elementos sin enlaces, lo cual proporciona un tono fragmentario a las narraciones. Destacan La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo, conjunto de base autobiográfica protagonizadas por Antonio Azorín, un álter ego [‘otro yo’] del autor.

Ensayo:
En los ensayos culminan los rasgos más característicos de Azorín: la obsesión por el tiempo, la correspondencia entre el paisaje y su estado de ánimo, la melancolía y las descripciones minuciosas y detallistas. Predominan dos temas: el paisaje y la crítica literaria.
  • Los ensayos sobre paisajes españoles reflejan la evolución ideológica del autor. En los primeros, Alma castellana y Andalucía trágica, critica aspectos sociales y políticos de la realidad española, mientras que en los posteriores, como Castilla, muestra su preocupación por la tradición cultural española. Azorín suele revivir el pasado de aquello que describe, las ciudades, sus personajes históricos y literarios, y también la vida cotidiana de las gentes humildes y anónimas.
  • Los ensayos de crítica literaria ofrecen su visión subjetiva de la literatura española. Son interesantes aquellos que reinterpretan a los clásicos: Clásicos y modernos y al margen de los clásicos. En esos ensayos, Azorín divulga el concepto de Generación del 98, a la que caracteriza por su actitud crítica y su preocupación por España.



Pio Baroja (1872-1956)
Baroja es el escritor que mejo encarna el pesimismo de la época. De joven se identificó con un anarquismo sentimental, y fue evolucionando hacia el desengaño y el escepticismo, que se acentuaron con el paso de los años.
Escribió numerosas novelas y también cuentos, memorias y algunos ensayos. Pero destaca como novelista más importante del momento, especialmente brillante en el retrato de personajes, en la descripción de ambientes y en los diálogos.

Vida:
Nació en San Sebastián, en el seno de una familia liberal. Estudió medicina, pero pronto abandonó la práctica médica, y en 1895 se trasladó a Madrid. Allí se relacionó con Azorín y Maeztu, con quienes formó el ya mencionado grupo de Los tres. A partir de entonces se dedicó al periodismo y la literatura, aunque también tanteó la política. Fue elegido miembro de la Real Academia durante la república. Al comienzo de la Guerra Civil, huyó a Francia. Más tarde volvió a España y mantuvo una vida aislada y sedentaria.
De carácter crítico, crispado y sincero, siempre manifestó su disgusto ante la política, la moral y la injusticia social. Al mismo tiempo, fue una persona tímida y sentimental que se interesó por la vida de los humildes, los asociales y marginados. Era un intelectual que despreciaba el intelectualismo y admiraba los caracteres activos, enérgicos y vitalistas. Su evolución ideológica mantuvo siempre una visión pesimista y amarga.

Obra:
Baroja fue sobre todo novelista, aunque también escribió cuentos y ensayos.
Concibe la novela como el género que puede incluir todos los otros géneros: la reflexión fisiológica, la aventura, la descripción, todo absolutamente. Según Baroja, la vida es superior a la literatura, y por eso la escritura debe supeditarse a la vida y reflejarla con el estilo más claro y directo posible. De ahí que en sus novelas se muestre un amplio panorama social, con numerosos personajes, ambientes, reflexiones y anécdotas. Pero, en conjunto, la realidad que recoge Baroja suele estar impregnada de su pesimismo.
  • Los personajes barojianos suelen ser seres asociales o rebeldes. En conjunto, responden a dos tipos de personajes: por una parte, los hombres de acción que luchan para escapar de la mediocridad cotidiana; por otra, los personajes desorientados y abúlicos que son incapaces de actuar. En general, unos y otros acaban fracasando.
  • En los ambientes, predominan los suburbiales, la vida de los humildes y sus problemas sociales, políticos y económicos.
  • El estilo barojiano se caracteriza por la sencillez; recoge la lengua viva y emplea un lenguaje antirretórico, a veces descuidado, de frases y párrafos breves, y de tono ágil y espontáneo. Consigue una narración rápida, unas descripciones expresivas y un diálogo verosímil y vivo.

Novelas:
Baroja clasificó su obra en trilogías, aunque, a veces, las novelas de una trilogía guardan poca relación entre sí. Las más destacadas son las siguientes:
  • La lucha por la vida, formada por La busca, Mala hierba y Aurora roja. Se sitúa en Madrid, en zonas suburbiales, y presenta personajes marginales y obreros que se salvan cuando adquieren conciencia social.
  • La trilogía Tierra vasca reúne La casa de Aizorri, El mayorazgo de Labraz y Zalacaín el aventurero, y sitúa la acción en el País Vasco.
  • En la línea de novela de aventuras se encuentran Las inquietudes de Santi Andía y las Memorias de un hombre de acción, 22 novelas en torno a Eugenio Aviraneta, conspirador y aventurero de principios del siglo XIX.
  • La raza, compuesta por La dama errante, La ciudad de la niebla y El árbol de la ciencia, es una trilogía con poca unidad. El árbol de la ciencia, una de las novelas más interesantes de Baroja, presenta sus inquietudes existenciales a través del protagonista, que es un álter ego del autor.

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